MIS OPINIONES

martes, 26 de julio de 2011

REVOLUCIÓN DEL PARQUE, NACE LA UNIÓN CÍVICA RADICAL.-

En 1886 Miguel Juárez Celman sucedió en la presidencia a su cuñado Julio Roca. De familia aristocrática, Juárez tenía entonces una larga carrera política que lo había llevado al gobierno de su provincia, Córdoba. Sin embargo, la crisis económica y un manejo poco claro de los fondos públicos oscurecieron su gestión.

La crisis financiera provocó la rápida devaluación de la moneda. Se comenzó a emitir dinero sin control, de manera que hacia 1890 había 190 monedas distintas circulando por el país. A este cuadro se sumó el endeudamiento con el exterior, la creciente inflación, el desempleo y la impopularidad que iba capitalizando Juárez, incluso en el partido que lo había llevado al poder. Por otra parte, sus políticas anticlericales habían provocado la oposición de la Iglesia y su intervencionismo en Córdoba y Tucumán sumaban enemigos hacia su gestión.


El año anterior un grupo de jóvenes opositores se había reunido en el Jardín Florida (un local de Florida y Paraguay) para organizar un frente contra el gobierno. De esa jornada surgió la Unión Cívica de la Juventud, de la que formaban parte, entre otros, Vicente Fidel López, Francisco Barroentaveña, José Manuel Estrada, Pedro Goyena, Aristóbulo del Valle y quien sería la figura central de la revolución, Leandro Alem. Esta primera conformación sumó el apoyo de Bartolomé Mitre y sus partidarios. La Unión Cívica cubría un interesante espectro social: aunaba sectores populares (en la persona de Alem), la aristocracia y las facciones clericales. Este último aspecto fue clave, las parroquias porteñas se convirtieron en los primeros puntos de organización del nuevo partido político, junto con la novedad de los “comités” barriales. De inmediato los líderes comenzaron a elaborar un plan para deponer a Juárez mediante una revolución armada. A la organización política del grupo se sumaron varios militares dispuestos ayudar a la causa de Alem y Mitre. El 1 de abril de 1890 se realizó un multitudinario mitin en un espacio de la calle Córdoba y una marcha hasta la plaza de Mayo, actos que sumaron presión al clima de insurrección. De estos actos surgió la Unión Cívica. La respuesta temerosa del gobierno fue el cambio de todo el gabinete.


Sin embargo el proceso revolucionario ya estaba desencadenado. Los líderes de la UC ultimaron los detalles estratégicos: el 21 de julio se realizaría la confrontación, el lugar elegido fue el Parque de Artillería (un depósito de armas ubicado donde hoy se encuentra el edificio de los Tribunales de la Nación) para evitar que el las fuerzas del gobierno tuvieran acceso a las municiones. El general mitrista Manuel Campos se estaba al mando de la organización militar, pero muchos civiles, de distintos extractos sociales, se dispusieron a armarse para la revolución. El 18 de abril Campos y otros fueron detenidos: la información se había filtrado. El militar permaneció encerrado durante algunos días, hasta que el día 22 Campos se reunió con Julio Roca y salió en libertad.


El levantamiento se trasladó para el sábado 26. En la madrugada de aquel día llegaron al Parque de Artillería varios cuerpos militares y una multitud de civiles. Todo daba a entender que la Revolución triunfaría sin mayores resistencias. Dentro del recinto aguardaban los nombres que dominarían la política argentina de las siguientes décadas: Juan B. Justo, Hipólito Yrigoyen, Marcelo T. de Alvear, Lisandro de la Torre, José F. Uriburu. Se organizó la defensa dentro y fuera del Parque, muchos ciudadanos se armaron y distribuyeron en los edificios de los alrededores con la boina blanca que caracterizaría más adelante los militantes radicales.
Mientras, Juárez Celman, aconsejado por Roca y Pellegrini, había salido de la ciudad. La contraofensiva estaba al mando del General Nicolás Levalle. En las inmediaciones de plaza Lavalle se produjeron los enfrentamientos armados durante el sábado y el domingo. Campos no daba orden de abrir el cerco que mantenía a los revolucionarios y a sus líderes encerrados por las fuerzas nacionales. Las bajas superaban el número mil, adentro los líderes discutían. Algo extraño estaba morigerando la revolución. El 27 se hizo un alto del fuego: los alzados pidieron un armisticio y el gobierno accedió rápidamente. Dos días después se firmó la capitulación. Juárez Celman, de vuelta en Buenos Aires, presentó su renuncia y la presidencia quedó en manos de Carlos Pellegrini. Juárez se retiró definitivamente de la política y quedó enemistado con Roca. Entre las bases revolucionarias se hablaba de traición. Un acuerdo entre Mitre y Roca había pasado desapercibido para Alem y los suyos. El convenio –a través de Campos- había determinado que Juárez no podía seguir en el poder, pero que Leandro Alem tampoco llegaría a la Casa Rosada.


La Revolución había fracasado, pero el mapa político comenzó a transformarse. La Unión Cívica se dividió en Unión Cívica Nacional, de Mitre, y la Unión Cívica Radical, que reunía a los seguidores de Alem. La UCR siguió su lucha política hasta conseguir llegar democráticamente al poder, en 1916, cuando Hipólito Yrigoyen alcanzó la presidencia.

Datos Curiosos


La cantidad de víctimas causadas por la Revolución del 90 nunca ha sido bien establecida. Distintas fuentes hablan desde 150 hasta 300 muertos, o en forma indiscriminada de 1.500 bajas sumando muertos y heridos.
En el Cementerio de la Recoleta se levantó un panteón en memoria de los caídos en la Revolución del Parque. Desde entonces, cada año, la Unión Cívica Radical realizaba una marcha de fuerte contenido político desde el centro de la ciudad hasta el panteón.
En el Panteón de los Caídos en la Revolución del Parque se encuentran enterrados también Leandro Alem y los presidentes radicales Hipólito Yrigoyen y Arturo Illia.

Fuente: http://www.buenosaires.gov.ar/areas/ciudad/historico/calendario/destacado.php?menu_id=23203&ide=89

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